(Roma,
154 a.J.C. - id., 121 a.J.C.) Político reformista romano, destacado
miembro de la familia
Graco. Tras la muerte de su hermano Tiberio Sempronio Graco
intentó una reforma a fondo del sistema político romano con el apoyo de los
grupos no aristocráticos. Fue uno de los triunviros encargados de la aplicación
de la ley agraria de su hermano, fomentó la formación de una clase campesina y
la creación de nuevas colonias (Tarento, Cartago, Corinto). Promulgó una ley
frumentaria. Tribuno de la plebe (123-122), su proyecto de concesión de
ciudadanía a los latinos provocó su desprestigio. Después de su suicidio,
durante un enfrentamiento originado por la supresión de la colonia de Cartago,
las leyes aprobadas por él y su hermano fueron abolidas.
La etapa de inestabilidad social
iniciada en Roma en el último tercio del siglo II a.C. acabaría un siglo
después con el hundimiento de la República. La conquista había traído riqueza,
pero en beneficio de sectores limitados, acentuándose las diferencias sociales.
La oligarquía senatorial había consolidado su poder; a pesar de la progresiva
toma de conciencia de los sectores populares frente a los núcleos
conservadores, la plebe nunca tuvo iniciativa propia, pues fue manejada por
grupos nobiliarios, que no dudaron en dar singular protagonismo a instituciones
-como el tribunado- para lograr sus ambiciones.
Los
políticos reformistas surgieron de las propias filas de la nobleza romana,
dividida entre diversas facciones internas; los más famosos líderes populares
fueron los hermanos Graco. La frustrada labor reformadora de Tiberio
Sempronio Graco fue continuada por su hermano Cayo Sempronio
Graco, que fue también tribuno de la plebe (123-122 a.C.).
Cayo
Sempronio Graco emprendió medidas aún más avanzadas que las de su hermano: en
virtud de una ley, los senadores fueron eliminados de los tribunales que
juzgaban los delitos cometidos por los magistrados provinciales,
transfiriéndose esa competencia a los caballeros; se aprobó otra ley para
reorganizar la provincia de Asia, cediéndose la recaudación impositiva a las
compañías de publicanos. Eran medidas que favorecían al estamento ecuestre,
cada vez más poderoso, frente al clan senatorial.
En
favor del proletariado, Cayo Sempronio Graco puso nuevamente en vigor la ley
agraria presentada por su hermano. Se propugnó la fundación de algunas colonias
comerciales (Capua, Tarento, Cartago), para instalar en ellas al sector de la
plebe no apto para la vida agrícola. Y se presentó una ley según la cual el
gobierno debía garantizar el suministro del grano a un precio justo, a fin de
proteger a los pobres contra el hambre y la especulación. Graco intentó también
extender la ciudadanía a los latinos y el derecho latino a los aliados
italianos, pero el pueblo romano, celoso de sus privilegios, no le respaldó.
Finalmente, derrotado en la elección para un tercer tribunado, Graco, con sus
partidarios, acabó siendo eliminado. La desaparición de Cayo Graco provocó una
inmediata reacción senatorial, dirigida a desmontar los logros de la reforma
agraria con varias leyes.
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