(Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu; La Brède, Burdeos, 1689 - París, 1755) Pensador francés. Perteneciente a una familia de la nobleza de toga, Montesquieu siguió la tradición familiar al estudiar derecho y hacerse consejero del Parlamento de Burdeos (que presidió de 1716 a 1727). Vendió el cargo y se dedicó durante cuatro años a viajar por Europa observando las instituciones y costumbres de cada país; se sintió especialmente atraído por el modelo político británico, en cuyas virtudes halló argumentos adicionales para criticar la monarquía absoluta que reinaba en la Francia de su tiempo.
Montesquieu ya se había hecho célebre
con la publicación de sus Cartas persas (1721), una crítica sarcástica de la
sociedad del momento, que le valió la entrada en la Academia Francesa (1727).
En 1748 publicó su obra principal, Del espíritu de las Leyes, obra de gran impacto
(se hicieron veintidós ediciones en vida del autor, además de múltiples
traducciones a otros idiomas).
El pensamiento de Montesquieu debe enmarcarse
en el espíritu crítico de la Ilustración francesa, con el que compartió los
principios de tolerancia religiosa, aspiración a la libertad y denuncia de
viejas instituciones inhumanas como la tortura o la esclavitud; pero
Montesquieu se alejó del racionalismo abstracto y del método deductivo de otros
filósofos ilustrados para buscar un conocimiento más concreto, empírico,
relativista y escéptico.
En El espíritu de las Leyes, Montesquieu elaboró una
teoría sociológica del gobierno y del derecho, mostrando que la estructura de
ambos depende de las condiciones en las que vive cada pueblo: en consecuencia,
para crear un sistema político estable había que tener en cuenta el desarrollo
económico del país, sus costumbres y tradiciones, e incluso los determinantes
geográficos y climáticos.
De los diversos modelos políticos que definió,
Montesquieu asimiló la Francia de Luis XV (una
vez eliminados los parlamentos) al despotismo, que descansaba sobre el temor de los
súbditos; alabó en cambio la república, edificada sobre la virtud cívica del
pueblo, que Montesquieu identificaba con una imagen idealizada de la Roma
republicana.
Equidistante de ambas, definió la monarquía como
un régimen en el que también era posible la libertad, pero no como resultado de
una virtud ciudadana difícilmente alcanzable, sino de la división de poderes y
de la existencia de poderes intermedios -como el clero y la nobleza- que
limitaran las ambiciones del príncipe. Fue ese modelo, que identificó con el de
Inglaterra, el que Montesquieu deseó aplicar en Francia, por entenderlo
adecuado a sus circunstancias nacionales. La clave del mismo sería la división
de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, estableciendo entre ellos un
sistema de equilibrios que impidiera que ninguno pudiera degenerar hacia el
despotismo.
Desde que la Constitución de los
Estados Unidos plasmó por escrito tales principios, la obra de Montesquieu
ejerció una influencia decisiva sobre los liberales que protagonizaron la Revolución francesa de
1789 y la posterior construcción de regímenes constitucionales en toda Europa,
convirtiéndose la separación de poderes en un dogma del derecho constitucional
que ha llegado hasta nuestros días.
Junto a este componente innovador, no puede
olvidarse el carácter conservador de la monarquía limitada que proponía
Montesquieu, en la que procuró salvaguardar el declinante poder de los grupos
privilegiados (como la nobleza, a la que él mismo pertenecía), aconsejando, por
ejemplo, su representación exclusiva en una de las dos cámaras del Parlamento.
Pese a ello, debe considerarse a Montesquieu como un eslabón clave en la
fundamentación de la democracia y la filosofía política moderna,
cuyo nacimiento cabe situar en los Dos ensayos sobre el gobierno civil(1690) de John Locke y que, después de Montesquieu,
hallaría su más acabada expresión en El contrato social (1762) de Jean-Jacques Rousseau.
(Información sacada de Biografías y Vidas - https://www.biografiasyvidas.com/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario